Toda ruta tienes sus partes, «fracciones» y momentos.

El primero es cuando la seleccionas y la preparas en casa. El material, la dificultad, cuando la vas a poder hacer, el clima. Aquí disfruto bastante ya me voy metiendo en el tema, conociéndola y acercándote a ella.

La segunda y más laboriosa es prepararte físicamente para ella. Hacer rutas más accesibles por mi zona -cuando se puede- , algo de gimnasio, manterme activo. Después de la pandemia mucha gente ha empezado a hacer actividades para las que físicamente no está preparada y luego vienen los sustos.

La tercera es cuando llega el día y estás ahí, en lugar que tanto has pensado. Aquí hay que paladear hasta el último segundo. La preparación del material, comida y sobre todo controlar los nervios para no olvidar nada importante.

La cuarta y última es la ruta en sí. Yo intento olvidarme un poco del objetivo en ese momento para ver y retener todo lo que pueda. Animales, arroyos, cascadas, pequeñas cimas, todo está dentro de la ruta. No hay que olvidar que cuando llegas a tu destino la ruta comienza a terminar.

Cuando llegas a la cima es una satisfacción muy grande. Como cualquier cosa que preparas, te requiere un gran esfuerzo y te sale bien. No hay palabras hay felicidad.