Cae la noche.

Observar la ciudad desde aquí produce la misma sensación hipnótica que mirar un acuario.

Luces que se encienden y apagan. Sirenas emitiendo sonidos, trenes y vehículos que se mueven por todos los lugares, mires por donde mires.

Una pequeña ciudad muy bulliciosa

3 comentarios en “Cae la noche.”

Es verdad, la noche transita de la intensa luz a la penumbra casi al mismo tiempo que el ruido del trafago humano con sus máquinas y pitos y sirenas al silencio ominoso, cómplices los dos fenómenos con la caída del sol que no sabemos si volveremos a verlo y esa sensación desde los primeros tiempos nos hace festejar el nuevo amanecer dando gracias al Creador del tiempo, del espacio de las estrellas, del sol y de la vida.
La vista del crepúsculo matutino para los soldados es el momento sublime de jurar defender a la patria, el cura y religiosas dan bienvenida con el ángelus, los estudiantes se levantan a esperar el bus para ir al colegio, los demás, cada quien casi sin darse cuenta están recuperados tras el descanso de un sueño que motiva a soñar despiertos.
El crepúsculo vespertino anuncia la calma tal como lo canta el tango. La fotografía de ambos momentos mágicos, con lente abierta debe ser un espectáculo grandioso, casi místico.
Muchas tardes de la vida de mis últimos años he disfrutado del paisaje del crepúsculo oscureciendo mi ciudad y la cordillera andina desde mi ventana y esa contemplación solo es igual a la más profunda absorción de una meditación en samadi.

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