
Los pequeños pueblos de Castilla y León, donde muchos hemos pasado nuestras vacaciones de niñez, son pequeñas joyas que se componen de pocas cosas pero muy importantes y especiales.



En la mayoría hay una iglesia, la plaza, las piscinas y un espléndido río donde podías bañarte e incluso pescar.






Y sus fiestas donde se pueden encontrar las actividades y torneos más variopintos y orquestas y grupos que tocaban encima de un camión en las heras.
Marina d’Or por mucha ciudad de vacaciones que sea, nunca tendrá nada que hacer contra las fiestas de TU pueblo.
Precioso pueblo
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Great photos!
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Che meraviglia!!!
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Así es, el encanto de los pueblos no se iguala con nada. Es magia pura!
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You don’t need more to be happy :-)
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Me encanta la foto. Buen día. Abrazo
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