En cualquier pueblo o incluso en las afueras de la ciudad, siempre existe ese huerto forajido.
Un día un señor con cuatro tablas y unas herramientas, se arma de valor y como un colono en el salvaje oeste americano – que por cierto no se a que viene lo de “salvaje” ya que en Europa nos hemos estado dando de sopapos toda la vida- y se adjudica un pedazo de tierra para su cultivo.
Casi siempre estaba en cuesta, al lado de un ferrocarril o debajo de una torre de alta tensión.
Era inconfundible el bidón para recoger agua de lluvia o incluso una vieja bañera.
Ahora hay ayuntamientos que alquilan terreno para hacer algo parecido pero regulado.
No es lo mismo….
Secret gardens are always the best. A place for solitude and contemplation as well as for growing. Allan
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You are right Allan. Thanks so much.
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