Llegar a muchas zonas del Pais Vasco se convierte en muchas ocasiones en una sucesión de curvas, puertos, bajadas a profundos valles o atravesar espesos bosques.
Treinta o cuarenta kilómetros pueden ser un viaje inolvidable para bien o para mal. Depende de como el cuerpo tolere el viaje.
De todas maneras el paisaje y la tranquilidad de sus pueblos son los mejores antídotos para el mareo.